Analizar “El Aleph” por Jorge Borges
[(nota de escritor: es el primero ensayo filosófico que he escrito en español entonces anticipo muchas errores gramaticas. Por favor di me si lo encuentran y lo arreglaré.)]
El Aleph es, originalmente, un cuento escrito por el autor argentino Luis Borges en 1945. El cuento presenta su carácter principal se llama ‘Borges,’ y ya juega con las temas del cuento en que lo nubla las diferencias entre de la ‘real’ Jorge Borges y la personaje del cuento. El Aleph demonstra dos puntos principales: por un lado, la incapacidad a explicar no solamente las problemas que definir algo ‘fuera del texto,’ por así decirlo, y por el otro lado el dolor de penor y las similaridades de explicar un sentimiento (en que estamos limitado de nuestra idioma (y todos otras) a decir que ‘realmente sentimos,’ ponerlo simplemente). El cuento explora este concepto por utilizar ‘la infinitud’ y ‘la memoría.’ En este ensayo, demostraré cómo Borges describe el concepto del Aleph y cómo podemos pensar sobre el Aleph para comprender la belleza, la importancia y la infinitud inherente de cada de nuestras vidas.
En el cuento, Borges habla en muchas ocasiones sobre Beatriz Viterbo, su amor que no sentó el mismo. El primo de Beatriz, un poeta se llama Carlos Argentino, preguntó a Borges a escribir un prólogo por su poema. La meta del poema es escribir, en mucho detalle, todos los puntos de la tierra. Eventualmente, Argentino introducció Borges el Aleph. Cuando Borges ve el Aleph, dice “empieza, aquí, mi desesperación de escritor. Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca?”(P. 8) El punto más importante para comprender el Aleph es cómo evita la captura de las palabras. También, Borges solamente puede explicar su experiencia del Aleph temporalmente; Borges explica la experiencia secuencialmente (por ejemplo, “yo vi esto y vi esto…”) cuando en realidad, fue una experiencia completa y simultánea. Borges escribe “vi” cuarenta y nueve veces en un intento para explicarlo, pero no hay una palabra suficiente para decir la totalidad del Aleph, excepto de ‘Aleph.’ Pero, aún esta palabra ‘Aleph’ es insuficiente. Escribe que “Felizmente, al cabo de unas noches de insomnio, me trabajó otra vez el olvido.”(p. 10) La mente de Borges (y por extensión, nos todos) es limitada por el texto también, y eventualmente Borges olvida la infinitud del aleph (cual, es necesario decir que todos los idiomas son finitos). Después la primera experiencia del Aleph Borges escribió que, en el Posdata del primero de marzo de 1943 que “¿Lo he visto cuando vi todas las cosas y lo he olvidado? Nuestra mente es porosa para el olvido; yo mismo estoy falseando y perdiendo, bajo la trágica erosión de los años, los rasgos de Beatriz.”(p. 11) La mente y memoria está sujeto a los límites del texto, y es imposible a conceptualizar del Aleph porque es infinito y non-textual.
Es crítico mencionar un punto más fácil errar al comienzo de la cuenta: “yo creo que hay (o que hubo) otro Aleph [...] el Aleph de la calle Garay era un falso Aleph.”(p.10) Borges elabora que hay evidencia de un ‘otra Aleph’ en un pilar en Cairo a donde es posible a ‘escuchar’ la infinitud del universo. Mi punto aquí es abstracto pero creo es el más obvio bajo la examinación del Aleph: el Aleph no es real y buscar por un Aleph es inútil. Si queramos hacer una analogía al Aleph, quizás decimos que es similar a los físicos quantum. Esta analogía es equivocada desde el principio, pero es razonable decirlo porque los físicos intentan explicar el “inexplicable” (los físicos quantum son impredecibles) pero todavía los científicos tratan de hacerlo. La función de los físicos no puede estar agrupada, porque literalmente en que solamente es texto, y nunca podremos explicar el ‘ser’ de cualquier concepto, idea o objeto. Con el Aleph, nunca sabremos si el Aleph es ‘real’ porque no podemos comprenderlo con pensamiento (texto). Sin embargo, yo quisiera añadir un punto final que puede sumar todos los puntos y hacer el juicio de mi punto antes. Borges Escribió “el hecho [del cambio después de la muerte de Beatriz] me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita.”(p. 1) No debemos suponer a comprender aquí que el ‘mundo real' “ya se apartaba de ella,” pero el mundo infinito de cada de todos de la gente de la tierra. El Aleph es inherente de nosotros, y no vamos encontrar o explicar el Aleph porque es imposible explicar nuestras vidas en total. Saber esto es reconocer el infinito de cada persona, y quizás después lo hacemos, podemos realizar empatía y compasión.
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